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Eje de la innovación

Ruta 101

Con más de 100 empresas instaladas, la Ruta 101 se convirtió en uno de los puntos de mayor crecimiento del país. Y también permitió el progreso social de miles de vecinos.

Quien acelere la marcha al pasar junto al Aeropuerto de Carrasco rumbo al Este quizás se lo pierda. Hay que mirar un poco más allá, elevar la mira y descubrir cómo han cambiado las cosas en una amplia zona del departamento de Canelones que va desde la terminal aérea, incluye los barrios privados y prácticamente llega hasta Pando. Y como eje de esa transformación corre la Ruta 101.

Desde hace alrededor de una década, un centenar de empresas se instalaron sobre esa vía, con una importante inversión y un salto de progreso para toda el área, producto de la colaboración entre los privados y las autoridades públicas, incluso los vecinos. Eso permitió que se convirtiera en uno de los puntos con mayor crecimiento del país.

Según cifras de la Agencia de Promoción a la Inversión de la Intendencia de Canelones, solo desde 2015 comenzaron a desarrollarse 29 emprendimientos sobre el eje de la Ruta 101 y zona de influencia, por una inversión superior a los 292 millones de dólares. Esto incluye 10 proyectos terminados (por 102 millones), uno en obra (por 90 millones), 12 en la etapa de viabilidad (la solicitud de viabilidad del proyecto fue aprobada pero aún no tienen el permiso de construcción) por 70,10 millones y seis presentados (iniciado el expediente administrativo ante la Intendencia, pero no tienen aprobada la viabilidad) por 10,85 millones.

Entre los proyectos terminados, en obra o en sus etapas iniciales, la comuna canaria estima que se generarán 1.489 empleos directos. Además, en las respectivas obras trabajan o trabajarán 793 personas.

De esos 29 emprendimientos, 13 son industriales, 11 logísticos y cinco comerciales.

La Ruta 101 arranca a 19 kilómetros del punto cero de Montevideo y va desde la rotonda de entrada al antiguo aeropuerto hasta el empalme con la Ruta 8. El recorrido es de solo 15 kilómetros, pero concentra un importante nivel de actividad.

Sobre esa ruta quedan muy pocos predios disponibles, indica Santiago Oitaben, de Álamo Inmuebles Industriales. “El precio del metro cuadrado sigue al alza allí. Ahora está entre 30 y 40 dólares, cuando hace seis años costaba entre 10 y 15 dólares el metro cuadrado”, explica.

Entre los principales emprendimientos en la zona figuran el Parque de las Ciencias (km 23,5), un parque de negocios bajo el régimen de zonas francas que alberga empresas industriales, comerciales y de servicios relacionadas con las ciencias de la vida y la salud; y el Parque Industrial Zona Este (km 24), un emprendimiento de perfil industrial y logístico.

Una de las primeras plantas que se establecieron es la de Laboratorios Microsules (km 28), que produce medicamentos de uso veterinario y para agricultura, con exportación a varios países. En el empalme de las rutas 101 y 102, en tanto, está el centro de distribución y logística de la firma Leopoldo Gross.

Se encuentra en obra, en la calle Los Aromos próximo a la Ruta 101, el Ecologis 101 Parque Empresarial, con perfil logístico.

Sobre el by pass de Pando funcionan el Parque Industrial Pando, con perfil industrial y logístico, desarrollado por la Intendencia de Canelones, y el Parque Científico y Tecnológico de Pando, dedicado fundamentalmente a la industria farmacéutica y afines, con varias organizaciones públicas y privadas como desarrolladores (el Ministerio de Industria, Energía y Minería, la Facultad de Química de la Universidad de la República, la Intendencia de Canelones y la Cámara de Industrias del Uruguay).

Estas iniciativas están transformando profundamente una parte importante del departamento canario, tradicionalmente conocido como “la granja del Uruguay”. Si bien todavía produce más del 60% de las frutas y vegetales del país y alberga el 80% de los establecimientos avícolas y el 70% de la producción vitivinícola, se han instalado inversiones en las áreas de comestibles, pinturas, automotriz, plástico, química y farmacéutica.

El corredor

El primer paso en esa transformación lo dio el Gobierno de Canelones, que apuntó a la promoción y fortalecimiento institucional de lo que denominó “Corredor de la Innovación”, formado por el eje de las Rutas 8 y 101, con los municipios de Colonia Nicolich, Barros Blancos, Pando y Empalme Olmos. Se sumó a ello la decisión de las autoridades de Montevideo de llevar fuera de una ya congestionada capital los nuevos emprendimientos industriales y logísticos.

El marco normativo en el que se apoya el plan es la ley de promoción de inversiones, que otorga deducciones impositivas asociadas a la generación de empleo, la descentralización, la incorporación tecnológica y el uso de energías limpias.

La Agencia de Promoción a la Inversión de la Intendencia de Canelones tiene una oficina en el Parque de las Ciencias, donde los interesados pueden recoger información impresa en español, inglés, portugués, japonés y chino. También brinda información vía digital en ruso.

En la zona confluyen características favorables para la instalación de empresas como la cercanía al Aeropuerto de Carrasco, las obras viales, el aceitado funcionamiento de la normativa sobre zonas francas y la ubicación del Polo Científico y Tecnológico de Pando. A la doble vía de la Interbalnearia y la 102 se le agregará pronto la de la Ruta 101, con iluminación y calle auxiliar para que no haya problemas con el tránsito interno.

Desarrollo social

El desarrollo económico, al mismo tiempo, estimuló el desarrollo social de localidades que presentaban un alto índice de necesidades básicas insatisfechas.

“El Plan de Ordenamiento Territorial de la Ruta 101, aprobado hace dos años, junto al más reciente Plan del Camino de los Horneros, estableció las grandes líneas de desarrollo del territorio. Se elaboró con los técnicos de la Intendencia de Canelones y del Gobierno nacional, pero también participó la comunidad. Se hicieron talleres previos vecinos de los barrios de la zona, instituciones y por supuesto los barrios privados”, señala el alcalde de Colonia Nicolich, Ruben Moreno.

Según la planificación, el territorio fue dividido en un sector industrial y logística, otro sector residencial y un tercero rural. Sobre ambos lados de la 101, a 500 metros de la ruta, se pueden instalar los emprendimientos industriales y logísticos. Las poblaciones, incluyendo los barrios privados sobre el Camino de los Horneros, pertenecen al área residencial. Y la zona rural está reservada a emprendimientos deportivos o chacras para eventos (ya casi no quedan allí emprendimientos productivos: el aumento del precio de los predios determinó que los productores se trasladaran a otras partes del departamento).

Esta porción del departamento de Canelones abarca una superficie aproximada de 10 km2 e involucra Colonia Nicolich, Aeroparque, Villa Tato (desde el próximo gobierno con el cambio de territorio), La Tahona, Altos de La Tahona, Carmel, Viñedos de La Tahona, Quintas del Bosque y Las Higueritas. La población asciende a unos 18.000 habitantes.

“Desde que se empezó a elaborar el plan –recuerda Moreno– este era uno de los lugares con mayores necesidades básicas insatisfechas (vivienda, saneamiento, educación). La mortalidad infantil alcanzaba el 20 por mil y había altos índices de embarazo infantil. A partir de allí, con la participación de públicos y privados, se construyó un gimnasio, una UTU, una escuela de tiempo completo, una seccional, dos CAIFs, un centro de estudios asociados una (especie de UTU), se amplió la UTU de Aeroparque. Además, se construyó el centro cívico donde está la Alcaldía y que compartimos con varias instituciones, más tres policlínicas. Hoy, la mortalidad infantil está igual que en los números nacional, seis por mil, y el embarazo adolescente bajó mucho”.

“Todo se hizo con mucha iniciativa local, mucho trabajo interinstitucional y mucho apoyo y de los vecinos organizados. Hemos tratado de integrar a los diferentes sectores de la sociedad. En los barrios privados hay gente que hace 20 años que vive allí y ya es de la zona”, indica el alcalde.

“Mucha gente de la zona trabaja en los barrios privados, en diferentes servicios. Son en total unas 1.800 personas aunque no todas de acá. Con Zona Barrios estamos tratando de armar un programa para que en esas urbanizaciones, cuando necesite algún servicio, tenga un listado de servicios de gente de la zona para beneficio de las dos partes. Por ejemplo, si precisás un vidriero, que no haya que llamar a Montevideo. Acá hay de todo, porque se ha capacitado mucha gente. Hay familias que por primera vez tienen un hijo universitario. No es un tema de beneficencia sino de necesidad, porque siempre hay cosas que hacer en las casas y lo mejor es darle oportunidad a gente de la zona”.

“El objetivo que se está cumpliendo –asegura Moreno– es integrar a la comunidad, a los actores, en base a este plan. Que la gente se sienta protagonista y se sienta útil, porque en definitiva lo es”.

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